Del alemán “poltern” (hacer ruido) “geist” (espíritu), estos dos elementos han dado lugar a algunas de las peores películas de la historia. Y cuando son buenas, ya se encargará el remake de hundirlas. Pero lo cierto es que hemos aprendido muchas cosas de las películas paranormales.
Cada vez que tenemos que ir al baño en mitad de la noche utilizando el móvil como linterna, tenemos la certeza de que en algún giro de muñeca aparecerá una amenaza mortal. Y estamos convencidos de ello porque la azulada iluminación del móvil pide a gritos un susto de muerte. Desde luego si yo fuera un espíritu, mis apariciones estelares siempre serían cuando alguien va al baño de madrugada. Llegar al retrete podría ser una victoria,pero en realidad es solo el comienzo, porque tenemos que enfrentarnos a El Espejo. Todo el mundo sabe que los espejos solo traen problemas, sobre todo si es un espejo con puerta. Cuando la abrimos estamos solos, pero al cerrarla es obvio que vamos a tener una niña detrás.
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