Todos los actores de este reportaje son indiscutibles. Cada vez que salen en pantalla el espectador siente algo familiar. Forman parte de nuestra vida. La mayoría de su carrera está llena de personajes empáticos con los que el espectador se siente cómplice o identificado. Pero siempre hay una excepción. Ese día que vimos a nuestros adorados actores comportarse como unos despreciables tipos odiosos que asesinan con gélida crueldad. En esas escenas que nos cuesta ver nos hemos centrado.
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http://elpais.com/elpais/2016/06/30/fotorrelato/1467278791_539314.html#1467278791_539314_1467278835