Ante cualquier fenómeno, se presentan dos reacciones: intentar extraer lo que dice de nosotros o asumir que la masa es estúpida. La mayoría de las crónicas del concierto de OT. El reencuentro optaron por lo segundo. Al fin y al cabo, se tarda menos en escribir sobre algo que odias que sobre algo que deseas entender. Quince años después, Operación Triunfo (OT) sigue siendo tratado como un espectáculo masivo tan denigrante como los combates de gladiadores. Pero en OT no muere nadie. Ni siquiera la música.
Susan Sontag, premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2003, decía que la sociedad necesita buscarle sentido a las enfermedades, e intentar que sean un símbolo o digan algo de nuestra civilización. OT no es ninguna enfermedad, pero ha sido analizada con la rabia de un cáncer y la condescendencia de un constipado.
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http://elpais.com/elpais/2016/11/03/icon/1478191407_383801.html