Su padre era un alcohólico adicto al crack traumatizado por la guerra de Vietnam, su madre diseñaba joyas. Pasó una etapa adoptado por su tío porque sus padres no podían mantenerle y les daba vergüenza pedir cupones de comida a la seguridad social. Con 10 años, Shia LaBeouf decidió ser actor para hacerse rico y convertirse en un «regalo de Dios» de verdad, el significado de su nombre en hebreo. Buscó un agente en las páginas amarillas y consiguió protagonizar la serie de Disney Channel Even Stevens.
A los 22 años era el actor más taquillero del mundo gracias a Transformers e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. A los 25, ya había sido detenido por la policía en 5 ocasiones: por presentarse en casa de su vecino con un cuchillo de cocina horas después de un altercardo de aparcamiento, por negarse violentamente a abandonar una farmacia donde no querían atenderle, por fumar en una zona restringida, por estar involucrado en un accidente de tráfico bajo los efectos del alcohol y por liarse a puñetazos con otro cliente en una taberna.
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