Hubo una época, que podemos situar entre finales de los años ochenta y principios de los noventa, en la que el cine estadounidense familiar (el que vio todo el planeta) rebosó violencia lúdica. Al menos en algunas fases de la historia. Eran unas películas con relatos donde los niños estaban en constante peligro de muerte. Eran historias disfrazadas de piñata festiva, pero muchas veces escondían relatos que rayaban lo terrorífico.
Al igual que ha ocurrido con algunas películas de Pixar, estos filmes enfocados al público infantil se olvidaba claramente de que ese espectador estaba en la sala y lanzaba mensajes que hacían torcer el gesto a los propios padres. En algunas ocasiones, aquellas películas trataban a los niños como adultos sin que se dieran cuenta, y cada vez que los críos las veían se hacían un poco más mayores.
Estos son algunos ejemplos.
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http://elpais.com/elpais/2016/12/20/icon/1482232029_394076.html