En 2001, una odisea en el espacio, un monolito descomunal se aparece en tres escenas distintas. Primero, cuando los simios adquieren la destreza de manejar (huesos a modo de) herramientas. Después, cuando el hombre pisa la Luna por primera vez. Y finalmente, el monolito resurge en los albores de la inteligencia artificial. En la película de Stanley Kubrick, este dolmen simboliza un salto y un ascenso en la evolución de la humanidad. En términos generacionales, Laura Dern es nuestro monolito. Cada vez que la cultura pop se transforma y se adentra en una nueva dimensión, allí está Laura Dern. ¿Casualidad? ¿Masonería? ¿Magia negra? Este año regresa con la serie Big Little Lies, la secuela de Twin Peaks y Los últimos Jedi. Abróchense los cinturones, porque esto solo puede significar que la cultura pop se dispone a dar otro salto sin red.
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