Loyda Ramos llegó al set de rodaje de Speed dispuesta a odiar a Sandra Bullock. Ramos interpretaba a una de las pasajeras del autobús frenético y, a lo largo de los años, le había cogido manía a Bullock tras coincidir en varias audiciones en las que Bullock conseguía el papel de latina. Buena suerte, Loyda. Sandra se pasó el rodaje bailando salsa con los técnicos, animando a un Keanu Reeves deprimido por la muerte de su amigo River Phoenix cuando los productores le pidieron que les ayudase a espabilar al actor para salvar la película y liderando una protesta por el calor que hacía aquel verano en Los Ángeles: se quitó el sujetador y se sentó sobre él en el asfalto. Todas las mujeres del rodaje se unieron a esta iniciativa. «Quería que me cayera mal» recuerda Ramos , «y a pesar de ello, no pude contenerme. Me pareció adorable. El mejor recuerdo que me llevé de mi participación en Speed fue presenciar cómo Sandra Bullock se convertía en una estrella. Todos lo sentimos durante el rodaje».
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