Cuando Britney Spears versionó Satisfaction de los Rolling Stones, se limitó a insertar jadeos y a cambiar en la letra “shirt” (camisa) por “skirt” (falda). Una noche fuera de control (en los cines desde el 21 de julio) propone una reescritura igual de sencilla: Scarlett Johansson y sus amigas matan accidentalmente a un stripper durante una despedida de soltera. ¿Homenaje?, ¿parodia? de Very bad things: dos décadas después, sale Christian Slater y entra Scarlett Johansson. De momento, todos salimos ganando, todos excepto el pobre stripper. Pero esta comedia negra con tutús rosas (y sin penes en la cabeza, que esa es una tradición exclusivamente ibérica) también nos recuerda que la guerra de sexos no se crea ni se destruye, solo se transforma.
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https://elpais.com/elpais/2017/08/03/icon/1501752658_726163.html