Ha viajado desde Berlín hasta Madrid en una furgoneta junto a sus coguionistas, Jason Schwartzman y Roman Coppola (sobrino e hijo de Francis Ford Coppola y primos de Nicolas Cage). Las películas y, aunque él no lo diga, la vida del director Wes Anderson (Houston, 1969) tienen según él unos cinco grados de inclinación respecto a nuestra realidad: pone a personajes realistas en situaciones surrealistas.
Su cine (con películas como Academia Rushmore, Viaje a Darjeeling, Life aquatic o El gran hotel Budapest) ha influido en la publicidad (él mismo ha hecho campañas para Prada, American Express o Stella Artois), en la decoración de tu salón y, por encima de todo, en Instagram. La simetría, los colores pastel y la textura de diorama forjan un universo -alerta: topicazo- sacado de un sueño en el que -defcon tres de topicazos- dan ganas de quedarse a vivir. Rodada con marionetas y maquetas, su nueva película, Isla de perros (estreno, 20 de abril), le dio el premio al mejor director en el festival de Berlín y se erige como su fábula más social (y socialista): todos los perros de Japón son desterrados a un vertedero de basura en medio del océano.
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https://elpais.com/elpais/2018/04/11/icon/1523465378_344757.html?id_externo_rsoc=FB_CM_IC