“Nos fusilaron al anochecer, nos fusilaron mal”.
El humorista Miguel Gila (Madrid, 1919 – Barcelona, 2001), que trascendió en la cultura popular española con sus monólogos sobre la guerra, sabía de lo que hablaba. Mediante el surrealismo (“¿está el enemigo? Que se ponga”), el esperpento (“me dice el tío: ‘¡Oye que me has dado!’; pues no seas el enemigo”) y el costumbrismo (“¿a qué hora piensan atacar mañana? ¿no puede ser por la tarde, después del fútbol?”) Gila proponía un ejercicio terapéutico no tanto de reconciliación con la contienda como de memoria sentimental. Reinventando la Guerra Civil española, reescribiéndola y, por encima de todo, nunca olvidándola. Él mismo fue uno de sus muertos pero, como si de uno de sus chistes absurdos se tratase, vivió para contarlo.
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https://elpais.com/elpais/2018/04/04/icon/1522854507_325597.html?id_externo_rsoc=FB_CM_IC