Podría ser una escena de una película de terror de serie B, pero ocurrió en la madrugada del 1 de marzo de 1978, hace 40 años, en el cementerio de Corsier-sur-Vevey (Suiza). Tras horas de búsqueda en la oscuridad bajo la lluvia (que caía en horizontal por las fuertes rachas de viento), los dos hombres dieron con su objetivo: una lápida blanca que destacaba entre las más de 400 anónimas con la siguiente inscripción, “Charles Chaplin 1889-1977”.
A continuación, los dos hombres pasaron un par de horas cavando la tierra aún fresca (Chaplin había sido enterrado el 27 de diciembre de 1977, dos días después de su muerte), cargaron el ataúd en su furgoneta y huyeron sin ni siquiera molestarse en rellenar el hueco: los profanadores dejaron la montaña de tierra al lado del agujero para que la policía lo descubriese a la mañana siguiente. Esta invasión de los ladrones de cuerpos se acabaría convirtiendo en un thrillerprimero y en una comedia de enredo después.
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https://elpais.com/elpais/2018/03/14/icon/1521028298_495380.html?id_externo_rsoc=FB_CM_IC