Las estrellas de Hollywood saben que el día que mueran los titulares recordarán la película por la que ganaron su Oscar, la ropa que llevaban puesta en la ceremonia y lo que dijeron al subir al escenario. Por eso (y porque los americanos estudian oratoria desde el colegio) sus discursos son como pequeñas películas en sí mismos. Son la forma en la que esa estrella quiere pasar a la posteridad. El discurso perfecto no existe (aunque Sandra Bullock se quedó muy cerca), pero si existiera pasaría por estos ocho pasos esenciales para triunfar hasta en los obituarios:
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https://elpais.com/elpais/2020/02/07/icon/1581071377_700547.html