En un mundo en el que conseguir sexo es más fácil que nunca, lo más explosivo es ver a gente luchando por no practicarlo. Esa es la premisa del reality show Jugando con fuego (Too hot to handle), uno de los mayores fenómenos de Netflix durante el último mes. La recompensa económica para aquellos que consigan mantener su abstinencia lo convierte en un documental sobre prostitución inversa: ganan dinero por no acostarse con nadie. La tensión surge porque los diez concursantes están obsesionados con el sexo. Pero no tanto con el coito en sí como con la seducción: para ellos, excitar a los demás puede ser tan satisfactorio como pasar a mayores. Así es el erotismo en tiempos de Instagram. Ninguno de los diez participantes, de entre 20 y 30 años, concibe la intimidad en parámetros del siglo XX: nacieron con la telerrealidad ya asentada en sus televisores. Por eso, cuando no pueden mantener relaciones sexuales, solo hablan sobre las ganas que tienen de mantenerlas. Jugando con fuego es un programa sobre la hipótesis de practicar sexo.
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https://elpais.com/television/2020-05-15/jugando-con-fuego-donde-el-sexo-arruina-a-todos.html