
Los concursantes de la segunda temporada de La isla de las tentaciones han llegado a esa playa sin haber aprendido nada de la edición anterior. O quizá habiendo aprendido demasiado. El primer programa, emitido anoche en Telecinco, fue la adaptación televisiva de un ataque de ansiedad de dos horas y media: rímel corrido, insultos, mentiras y crisis de pareja con amagos de ruptura en un reality show que, en solo dos ediciones, ya se ha asentado como el festival anual de las relaciones tóxicas.
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https://elpais.com/elpais/2020/09/23/icon/1600890460_447077.html