
El solsticio de verano lleva milenios siendo motivo de celebración. En la prehistoria se conmemoraba que los frutos madurasen, las antiguas tribus germánicas, eslavas y celtas lo consideraban la fecha idónea para enamorarse y en China se celebran las fuerzas femeninas. El festival toma nombres diversos alrededor del mundo: Tiregän (Irán), Cápac Raymi (Perú), Sânziene (Rumanía), Midsommar (Suecia), Wianki (Polonia), Jäni (Letonia) o Juhannus (Finlandia). Pero cuando los alienígenas estudien nuestra cultura dentro de miles de años, les será difícil comprender por qué la península ibérica celebraba el inicio del verano adorando a una Diosa en bikini.
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