Entrevista: Gus Van Sant

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Durante la rueda de prensa matutina, Gus Van Sant ha puesto en aprietos a una periodista que le ha preguntado si considera que sus intereses han cambiado desde que empezó a hacer películas en los 80. “¿Y cuáles son mis intereses, según tú?” ha sido la no-respuesta del director. Y durante las entrevistas posteriores para presentar su nueva película, No te preocupes, no llegará lejos a pie (sobre la vida del dibujante paralítico John Callahan), y la exposición que pasará todo el verano en La casa encendida de Madrid Van Sant responde la mayoría de preguntas con monosílabos, con contra-preguntas y con “no lo sé”.

Sentarse a comentar los altos y bajos de su carrera resulta, ante este panorama, un desafío soberanista. Pero Gus Van Sant es tan económico en palabras como honesto en confesiones: reconoce que le dio el papel protagonista de Todo por un sueño a Nicole Kidman porque la actriz demostró ser igual de obsesiva, perfeccionista y hambrienta que el personaje y que le hizo un casting a Drew Barrymore para interpretar a Marion Crane en Psicosis. Este proyecto maldito, por cierto, es la única parada de este viaje en la que él se incorpora de la silla. Quizá porque, 20 años después, siente que todavía no hemos entendido lo que pretendía con aquella fotocopia a todo color. Pero la película con la que Van Sant parece despertar es la única de esta entrevista que no dirigió él, Stonewall.

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No dejemos que la muerte de River Phoenix eclipse su vida

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Chris Chambers era el líder de nuestra pandilla, y mi mejor amigo. Él venía de una mala familia, y todo el mundo sabía que acabaría mal. Incluido Chris».

Así describía Gordie Lachance (Richard Dreyfuss) al personaje interpretado por River Phoenix en Cuenta conmigo. Escuchada hoy, esa frase adquiere otro significado. No porque resulte premonitoria, irónica o efectista, sino porque provoca un escalofrío en el espectador. La muerte de Phoenix a los 23 años por sobredosis ha acabado trascendiendo a la tragedia en sí para convertirse en un símbolo cultural, porque estaba a punto de ser una estrella; un símbolo mediático, porque la prensa lleva casi 24 años tratando de constuir una moraleja en torno a ella sin éxito; y un símbolo generacional, porque aquel suceso funciona como una línea trazada entre la Generación X (los que recuerdan a River Phoenix) y los millennials (los que no tienen ni idea de quién es). Pero por encima de todo, la muerte de River Phoenix se ha sobredimensionado hasta el punto de eclipsar su propia vida. Porque hoy, al escuchar su nombre, uno piensa primero en su muerte antes que en cualquiera de sus películas.

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Los conflictos de un transgresor llamado Joaquin Phoenix

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Tenía solo 19 años. Joaquin Phoenix vivió tan de cerca la trágica muerte de su hermano que ni un escuadrón de psicólogos podría haber enderezado la vida de ese desdichado muchacho. La muerte por sobredosis de heroína y cocaína en 1993 del actor River Phoenix(a los 23 años), en el antro californiano de Johnny Depp (Viper’s Room), fue carroña de primera para la prensa sensacionalista, que traumatizó a Joaquin publicando fotos del cadáver. “River quería quedarse en casa tocando la guitarra, fui yo quien le convenció esa noche para salir”, declaró luego un atolondrado Joaquin, sin duda martirizándose. Lamentablemente célebre fue también la grabación de la llamada que un aterrorizado Joaquin hizo al servicio de emergencias 911. Los medios reprodujeron la angustiosa descripción del hermano pequeño de aquella casi-estrella de Hollywood: “Mi hermano está en el suelo, se ha tomado un Valium. Se va a morir”. Joaquin fue benévolo: dijo que su hermano había consumido (un) Valium, sin duda para protegerle. No hizo falta. Aquel episodio terrible ayudó a cimentar la personalidad de un tipo pertubado y perturbador, seguramente el actor más enigmático de la actualidad. Estos días (viernes 25 de septiembre) estrena Irrational Man, de Woody Allen, una comedia dramática en la que Joaquin interpreta a Abe, un profesor de filosofía que llena su vacío existencial ayudando, a su manera, a una desconocida.

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